La pesadilla ha vuelto
Es con esta nueva trama que NBC nos trae de nuevo la antigua historia de Hannibal que nos hubo cautivado en El Dragón Rojo y ahora vuelve a presentarse a nosotros con otro matiz completamente diferente al de la novela.
En esta serie no solo se retrata la mente piscópata desde un aspecto inclusive filosófico sino también de una manera totalmente cruda que vuelve a la serie no apta para estómagos sensibles.
Uno de los aspectos que más me agradó de la serie fue la empatía que, sin saber realmente como, Will consigue con aquellos a los que quieren poner tras las rejas. La manera en la que se auto-hipnotiza (representada por un vaivén de un haz de luz) para protagonizar en carne propia los asesinatos ejemplifica claramente la razón por la cual es un gran analista. Y lo mejor de todo es que los productores de esta serie no se olvidaron de añadir los severos daños psicológicos que esto le ocasionan en lo más profundo de su psique.
Disfraz de camaleón
Lo más atractivo, en mi caso, del personaje de Hannibal es la manera en la cual consigue engañar a todos a su alrededor y nadie se entera de su terrible secreto si él no lo quiere de ese modo. Es asombroso el como se burla del resto de los detectives, psicólogos y demás personajes hasta el punto de que ellos mismos lo halagan por su exquisita comida...no quisiera yo que ellos se enterarán de lo que realmente están comiendo.
En conclusión...
Hannibal es una serie diferente al resto de las series policíacas porque no solo se detiene cuando se haya al culpable sino que hay toda una serie de rasgos psicológicos e inclusive espirituales que los personajes no logran evadir. Como dije antes, es una serie fuerte por lo gráfico de los asesinatos pero totalmente enganchador si, como yo, amas conocer las psiques de aquellos que perpetran tales abominaciones.
Actualmente la serie la puedes ver a través de Netflix (en donde ya se puede apreciar la segunda temporada) o también en la cadena AXN.
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